lunes, noviembre 07, 2011

La Misa es el corazón del Domingo

Después de mucho tiempo he podido volver a escribir en mi blog sobre un tema que me apasiona, pues para mi es sustancial en mi vida de cristiano, la Eucaristía, la actualización viva del sacrificio de Cristo en la Cruz. Sacrificio por nosotros, por nuestros pecados, por mis pecados. Es por ello que con mucha alegría retomo la redacción de nuevos posts.

En efecto, con lo que significa para mí y en general para los católicos la Eucaristía, es innegable la experiencia renovadora de la Eucarístia en nuestras vidas. En mi experiencia personal, la Eucaristía significa presenciar un acto de Amor infinito. Ciertamente, es difícil para muchos entender que bajo la especies del pan y el vino, el mismo Cristo renueva su sacrificio de amor por nuestros pecados, abre los brazos en la cruz y derramando su sangre divina nos ama hasta el extremo para reconciliarnos y abrirnos las puertas del Cielo, es por ello que es necesario poder abrir nuestro corazón a este misterio, es necesario encontrar en el Señor Jesús al "Hominem Salvator" desde los ojos de la Fe. Este misterio de Amor, ha de cambiar nuestras vidas para siempre, y en la práctica, en el día a día renovar nuestra semana con la esperanza de que hay un Pastor Bueno que nos guía por el camino de la Reconciliación que anhela nuestro corazón. El Señor Jesús, Él es el Buen Pastor que nos enseña con su sacrificio en la Cruz, las verdes praderas llenas de flores y de felicidad eterna que significa el Reino de los Cielos.

¡Hay que acudir el Domingo a Misa! ¡Anhelar ese encuentro con nuestro Hermano Jesús, porque La Eucaristía es el Corazón del Domingo y de nuestras vidas!

lunes, abril 11, 2011

El tiempo de la Pasión

Reflexionar en torno al misterio de la Pasión de Cristo es una tarea ineludible para todo cristiano. Nuestra propia vida se basa en una pasión que estamos llamados a asumir hasta el final de nuestras vidas. La recompensa será inmensa, podremos ver el mismo rostro de Cristo Resucitado. Pero no estámos solos, el Señor Jesús nos acompaña en asumir nuestra cruz, Él, que es el camino, la verdad y la vida, nos enseña con su ejemplo a amar hasta el extremo y nos convoca a descansar en Él (ver Mt 11, 28-30). Este misterio de amor se comprende a la luz de la actualización del sacrificio de Cristo en el Altar, en la Eucaristía. Por lo cual, el cristiano debe acudir a este sacramento, en la medida de lo posible, de manera frecuente.

La canción que se publica a continuación me ha acompañado en mi peregrinar como cristiano, la letra y la fuerza de la melodía lleva a meditar en el hermoso misterio de la Pasión, y por tanto de la Eucaristía. Esta canción se canta en la «Liturgia de las tinieblas», liturgia que se realiza el Viernes Santo y que tiene como objetivo general profundizar en torno a la Muerte del Señor Jesús. La canción finaliza con un texto que introduce al fiel a renovar la esperanza en la Resurección del Señor:

Hora de las tinieblas,
ha llegado el tiempo y Jesús padecerá
en la Cruz.
Pilatos, el cobarde,
lo sabía inocente y así lo condenó
a morir en un río de crueldad:
el mal por los hombres
inunda el mundo de injusticias,
¡son brazos de la iniquidad!
Nuestros pecados son culpables
del sufrimiento de Dios que padeció.
¡Cómo se someten los hombres
al yugo de la oscuridad
para perpetrar este crimen:
la muerte de Dios, que la Vida nos dio!
Sentenciado a muerte,
abrazó la Cruz y un beso en ella estampó
el Señor.
Vía Crucis de sangre,
huellas encarnadas que llevan la señal
del amor de un amigo que murió,
Jesús, y es por Él que
sangre lloran los corazones,
¡noche del alma y de la luz!
La cruel espada de la muerte
rompe y desgarra el cuerpo del Señor.
Esta es la noche de los tiempos.
Esta es la hora del dolor.
Sobre un madero agoniza
el Hijo de Dios que resucitará.
Todo está consumado.
El atardecer con su vida se extinguió
como el sol.
Los clavos del tormento
abren en la Cruz los brazos del Salvador.
Brota ya agua de su corazón:
vivir de la fuente que una lanzada penetrante
abrió en el arca de su ser.
El santo templo de su carne
fue profanado por esclavos del mal.
La tierra se estremece y llora,
rugen abismos de terror,
pero en la Cruz murió la muerte
¡el Crucificado ha de resucitar! (2v)


martes, diciembre 01, 2009

En el Santísimo...

Antes de entrar a encontrarme con el Señor Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, inevitablemente me encuentro con la tarde del verano limeño y el inmenso mar resplandeciente reflejando los rayos solares, me remiten indiscutiblemente al Señor creador de todo, al encontrarme en el portal del sacro lugar en el cual está el Santísimo Sacramento, el mismísimo Señor expuesto en el altar, ya me encuentro lleno de su aroma, es entonces que ya en presencia del Señor en aquel recinto santo me recogo y me pongo en actitud de oración, como aquel caminante viador que se detiene a lado del camino para descanzar en brazos del que Es consuelo de todos. Se me vienen a la mente mil quehaceres, todos humanos y temporales, mas no puedo resistirme al encanto del que está al frente mío ¡Jesús Eucaristía!, viendolo a Él mi corazón se conmueve y me siento diminuto, recuerdo cada momento en que su amor ha sido derramado en mi vida y todo, abosolutamente toda mi carga, se la doy a Él, recordando su invitación en conversaciones anteriores: «Venid a mí los cansados, los tristes y atribulados, que yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Pues mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mt 11, 28-30). Todo cobra sentido en Él, lo miro a Él, Él es la respuesta a mi vida, y en el silencio de la oración, con los ojos fijos en el Señor, le digo: «Gracias por la esperanza de tu amor, me doy por completo a tí».

jueves, junio 04, 2009

Adoro Te Devote

Las imágenes de la abadía Mount Angel en St. Benedict, Oregon, acompañan éste hermoso himno antiguo atribuido a Santo Tomas de Aquino. El lenguaje humano es insuficiente para poder expresar todo lo que hay en su interior, efectivamente éste himno es muestra de ello, es tan hermoso, que si bien es cierto no expresa toda la experiencia interior que produce la Eucaristía en cada uno de nosotros, tiene la capacidad de suscitar una mayor devoción por la Eucaristía. A continuación está la letra del himno en latín (idioma oficial de la Iglesia) y en español.



LATIN

ADORO te devote, latens Deitas, quae sub his figuris vere latitas: tibi se cor meum totum subiicit, quia te contemplans totum deficit.

Visus, tactus, gustus in te fallitur, sed auditu solo tuto creditur; credo quidquid dixit Dei Filius: nil hoc verbo Veritatis verius.

In cruce latebat sola Deitas, at hic latet simul et humanitas; ambo tamen credens atque confitens, peto quod petivit latro paenitens.

Plagas, sicut Thomas, non intueor; Deum tamen meum te confiteor; fac me tibi semper magis credere, in te spem habere, te diligere.

O memoriale mortis Domini! panis vivus, vitam praestans homini! praesta meae menti de te vivere et te illi semper dulce sapere.

Pie pellicane, Iesu Domine, me immundum munda tuo sanguine; cuius una stilla salvum facere totum mundum quit ab omni scelere.

Iesu, quem velatum nunc aspicio, oro fiat illud quod tam sitio; ut te revelata cernens facie, visu sim beatus tuae gloriae. Amen.

ESPAÑOL

Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.

Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.

En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.

No veo las llagas como las vió Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.

¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.

Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.

Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.

jueves, mayo 21, 2009

Visitas al Santísimo Sacramento


Pienso, al igual que muchos, que la Eucaristía nos da la gracia para continuar en nuestra peregrinación hacia el encuentro con el Señor Jesús, puesto que es el sacrificio de amor que Él hace en el altar por nosotros. Particularmente la Eucaristía me renueva, en mi fidelidad, en mi lucha, en mi crecimiento espiritual, me compromete a retribuir el amor que Dios me muestra en la Eucaristía, bueno y lo retribuyo con mi apostolado, en la oración, en la ayuda al prójimo, etc. Me queda claro que es una dinámica de amor, que el Señor Jesús me ama, y yo lo amo. No obstante hay muchas formas en las que el Señor nos muestra su amor de Padre, una de ellas es a través de la comunión espiritual ¿Qué es? ¿Cómo se hace?.

Es la forma de comulgar como lo haríamos en la Eucaristía pero espiritualmente. Puedes estar frente al sagrario o con el Santísimo expuesto y pedirle al Señor que te conceda la gracia a través de una comunión espiritual. En ésta linea, SantaTeresa de Ávila, escribe respecto a este tema en su libro, «Camino de perfección» y también San Alfonso María de Ligorio en sus librito «Visitas al Santísimo Sacramento y a María Santísima», de éste último estoy aprendiendo a amar mas al Señor, realmente es un libro hermoso y muy útil para acrecentar tu amor al Señor Jesús en la Eucaristía, pueden encontrar éste librito en la Biblioteca Electrónica Cristiana (BEC) en http://www.multimedios.org/docs/d000734/.

Pidamos al Señor la gracia necesaria, el camino de la vida cristiana es exigente, pero como vemos el Señor te da las armas ¡A luchar entonces!